martes, 14 de marzo de 2017

Códice Badiano. Códice Florentino



CÓDICE BADIANO.

Libro original del médico indígena Martín de la Cruz que, ya para el año de 1552, tenía ciertas influencias de la medicina europea aunque él mismo declarara que "no hizo estudios profesionales sino que era experto por puros procedimientos de experiencia".

La obra fue traducida al latín por Juan Badiano, indio de Xochimilco, profesor del Colegio de Santa Cruz en Tlatelolco y fue dedicada al hijo de Antonio de Mendoza, virrey de la Nueva España. La versión del latín al español la hizo Angel María Garibay K. y fue publicada en 1964.

El Libellus de Medicinalibus Indorum Herbis −título que se traduce al español como Librito sobre las hierbas medicinales de los indios−, también llamado Códice De la Cruz-Badiano, Códice Badiano o Códice Barberini, es un tratado de medicina mexica en el que se presentan y describen las hierbas medicinales utilizadas por los médicos mexicas y sus propiedades terapéuticas.

Su autor fue Martín de la Cruz, médico tlatelolca, quien formó parte del Colegio de la Santa Cruz y dictó en náhuatl (como en su momento hicieran otros sabios para la obra Historia general de las cosas de la Nueva España de Bernardino de Sahagún), todos sus remedios y saberes herbolarios.

El texto fue traducido al latín por el indígena xochimilca Juan Badiano, también estudiante del Colegio de la Santa Cruz. La obra quedó terminada en 1552 y el virrey de Mendoza se la regaló a Felipe II.

El Códice tiene 13 capítulos. Cada capítulo se refiere a enfermedades de partes del cuerpo, empezando por la cabeza (capítulo 1) hasta los pies (capítulo 8), pasando por los ojos, los oídos, la nariz, los dientes, las mejillas, el pecho, el estómago y las rodillas.

Los capítulos siguientes describen los remedios contra la fatiga, con enfermedades generales, enfermedades mentales, las relacionadas con los aires, los problemas relacionados con el parto, las enfermedades de las mujeres, las de los niños, para terminar con las señales de la proximidad de la muerte.El códice refiere 227 plantas medicinales, de las cuales hay imágenes de 185. Otras 64 solamente son mencionadas por nombre, habiendo algunas que se repitenExisten dos versiones, sobre el origen del Libellus, una dice que la obra era para el emperador Carlos V y otra que fue creada como obsequio al hijo del virrey don Antonio de Mendoza. Este texto permaneció en Europa por varios siglos y fue descubierto en 1929 por el profesor Charles Upson Clark en la Biblioteca Vaticana, el Papa Juan Pablo II lo devolvió a México en 1990 como regalo y en la actualidad se encuentra en el Museo Nacional de Antropología e Historia.









CÓDICE FLORENTINO.

El Códice Florentino es un manuscrito, originalmente en cuatro volúmenes, de los cuales hoy sólo quedan tres. Incluye el texto en náhuatl con versión al castellano, a veces resumida y a veces con comentarios, de los textos que fray Bernardino de Sahagún recogió de sus informantes indígenas en el siglo XVI.

Este códice, llamado así porque se conserva en la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia, Italia, constituye una copia que envió Fray Bernardo de Sahagún a Roma con el padre Jacobo de Testera para que fuera entregada al papa en 1580.

El manuscrito, además de los textos en náhuatl y en castellano incluye gran número de ilustraciones, la mayoría a color en las que se percibe alguna influencia europea y se representan varias materias. Francisco del Paso y Troncoso la publicó, en forma de láminas en Madrid en 1905 y posteriormente, en 1979, el gobierno mexicano, a través del Archivo General de la Nación, sacó a la luz una muy fiel reproducción facsimilar del códice, tal y como se conserva actualmente.

Para realizar el libro, Bernardino de Sahagún recurrió a la indagación directa entre los nativos mexicanos, concentrándose en la región central de México. Por ello, algunos antropólogos —especialmente los mexicanos— reclaman para el fraile franciscano el ser uno de los antecesores de la moderna etnografía. De hecho, se trata de una copia de materiales originales que se han perdido, tal vez destruidos por las autoridades españolas que confiscaron, posteriormente, los manuscritos de Bernardino de Sahagún. Los materiales originales fueron los registros de conversaciones y entrevistas con indígenas en las poblaciones de Tlatelolco, Texcoco y Tenochtitlán, además de informes de los estudiantes indígenas trilingües formados por el fraile en el Colegio de Santa Cruz de Tlatelolco (ubicado en la actual ciudad de México). Estos alumnos fueron Antonio Valeriano, oriundo de Azcapotzalco; Antonio Vejarano, de Cuahuhtitlán; Martín Jacobita, de Tlatelolco; Pedro de San Buenaventura y Andrés Leonardo, también oriundo de Tlatelolco.

Todos los informantes de Bernardino de Sahagún habían pertenecido a la élite mexica. La indagación del monje franciscano comenzó en el mismo período en que estuvo a cargo de la institución que él mismo había fundado en 1536. Entre 1539 y 1558, Bernardino de Sahagún sirvió como misionero en lo que actualmente son los estados de Puebla e Hidalgo. En Tepeapulco (actualmente en el estado de Hidalgo), sitio al que llegó en 1558, Bernardino de Sahagún colectó otras informaciones con las que enriqueció el texto que había venido redactando desde 1547 y que habría de convertirse en el texto definitivo, con el nombre que lleva.

El propósito de Bernardino de Sahagún al escribir su texto era el dar a conocer entre sus colegas misioneros algunos de los aspectos de la cultura y la historia de los pueblos del altiplano central de México. Lo anterior debía proporcionarles a los evangelizadores algunas herramientas para conocer mejor algunas situaciones a las que podrían enfrentarse en su intento por ganar adeptos para la Iglesia Católica entre los naturales de América. En un pasaje de su texto, Bernardino de Sahagún escribió:

"puesto que los predicadores y confesores médicos son de las almas, para curar las enfermedades espirituales conviene que tengan experiencia de las medicinas y de las enfermedades espirituales: el predicador, de los vicios de la religión [mesoamericana] para enderezar contra ellos su doctrina, y el confesor para saber preguntar lo que conviene, y saber entender lo que dijeron tocante a su oficio. Para predicar contra esas cosas, y aun para saber si las hay, es menester saber cómo las usaban [los indigenas] en tiempo de su idolatría."
File:Codex florentino 51 9.jpg



Fundamentalmente, el códice es un texto en lengua náhuatl, español y latín. Este texto está escrito en náhuatl en el lado derecho del códice. Secciones de este texto fueron traducidas al español, y escritas en la columna de la izquierda. Sin embargo, muchas partes del texto no se tradujeron y algunas fueron resumidas en su traducción. El Códice tiene alrededor de 1800 ilustraciones realizadas por indígenas tlacuilos con técnicas europeas. Algunas de las traducciones al español fueron censuradas o reescritas por Bernardino de Sahagún.

El Códice, originalmente era una obra escrita en cuatro volúmenes, de los cuales hoy sólo quedan tres.

Este códice, llamado así porque se conserva en la Biblioteca Medicea Laurenciana de Florencia, constituye una copia que envió Bernardino de Sahagún a Roma con el padre Jacobo de Testera para que fuera entregada al papa Pio V en 1580.

Quizá más que cualquier otra fuente, esta obra ha sido la principal fuente acerca de las costumbres de los aztecas en los años anteriores a la conquista española, aunque no sería sino en 1905 que Francisco del Paso y Troncoso la publicó, en forma de láminas en Madrid y luego, en 1979, el gobierno mexicano, a través del Archivo General de la Nación, sacó a la luz una copia completa del códice , tal y como se conserva actualmente. Antes de ese año, sólo habían estado disponibles las traducciones al español censuradas y reescritas.

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